Declaración de Fe

Lo que Creemos

Las Sagradas Escrituras

Creemos que toda la Biblia, en los documentos originales, es la Palabra de Dios inspirada y sin errores.

La Deidad

Creemos en un Dios trino, que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

La Persona y Obra de Jesucristo

Creemos que Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, se hizo hombre, sin dejar de ser Dios, para poder revelar a Dios y redimir a los hombres pecadores. Creemos que Jesucristo murió físicamente en una cruz, que resucitó corporalmente de entre los muertos al tercer día y que literalmente ascendió al cielo.

La Depravación Total del Hombre

Creemos que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, pero que su desobediencia pecaminosa le alejó de Dios. El hombre es totalmente depravado y, por sí mismo, es completamente incapaz de remediar su condición perdida.

Salvación

Creemos que la sangre de Jesucristo, derramada en la cruz, proporciona la única base para el perdón del pecado. Por lo tanto, Dios ofrece salvación libremente a aquellos que (1) depositan su fe en la muerte y resurrección de Cristo como pago suficiente por sus pecados y (2) se arrepienten de sus pecados, convirtiéndolo en el Señor de su vida.

La Seguridad Eterna y la Seguridad de los Creyentes

Creemos que todos los redimidos, una vez salvos, son guardados por el poder de Dios y, por lo tanto, están seguros en Cristo para siempre.

La Iglesia

Creemos que la iglesia es el cuerpo de Cristo, del cual Jesucristo es la cabeza. Los miembros de la iglesia son aquellos que han confiado por fe en la obra terminada de Cristo. El propósito de la iglesia es glorificar a Dios amándolo y dándole a conocer al mundo perdido.

Eternidad

Creemos en la resurrección corporal de todos los hombres, los salvos para la vida eterna y los que no son salvos para el juicio y el castigo eterno.

La Vida Cristiana

Creemos que todos los cristianos deberían vivir para Cristo y no para ellos mismos. Al obedecer la Palabra de Dios y rendirse diariamente al Espíritu de Dios, cada creyente debe madurar y ser conformado a la imagen de Cristo.